lunes, 12 de noviembre de 2007

TLC, Negociaciones....

Pese a las dificultades derivadas de la decisión de Chile de no apoyar el uso unilateral de la fuerza en Irak, y tras catorce rondas de negociación, se firmó el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Chile y EEUU.

De esta forma, Chile se convierte en el primer país de América Latina, aparte de México, en suscribir un pacto comercial con la principal potencia mundial. Sin duda, la misión no fue fácil. Chile es un país pequeño, ubicado en el último rincón del mundo, y con un mercado reducido. ¿Cómo se explica entonces el éxito del equipo negociador?

¿POR QUÉ NEGOCIAR? Desde el retorno a la democracia, Chile ha desarrollado una política negociadora de acuerdos comerciales con sus socios más importantes.

De esta forma y acorde con el objetivo de hacer política exterior primero “en el barrio”, los gobiernos de la Concertación privilegiaron los tratos con América Latina y luego Canadá. Después se iniciaron las negociaciones con economías más desarrolladas, como la Unión Europea, Corea del Sur y Estados Unidos, que culminaron -tras intensas reuniones- en 2002.
En la práctica, debido a que Estados Unidos es el principal socio comercial y el más importante inversionista en Chile, el TLC permitirá un aumento relevante de las exportaciones, la posibilidad de acceder a productos más baratos y aumentar la generación de empleo. Ello, porque -se estima- los principales beneficiarios del TLC serán las industrias manufactureras, que son las que generan más trabajo e incorporan mayor tecnología a sus productos.



Asimismo, se acordaron mecanismos para defender los intereses comerciales chilenos en Estados Unidos y se definen procesos transparentes para resolver controversias comerciales. Ello fortalece además la estabilidad económica y mejora la clasificación de riesgo de Chile, un asunto de suma importancia para atraer nuevas inversiones.

EFECTOS

Uno de los principales efectos del TLC es que todos los productos que se exporten al mercado norteamericano gozarán -en distintos plazos con un tope de doce años- de exención arancelaria.

Así, el 95 por ciento de los productos nacionales exportados a EE.UU. tendrá desgravación inmediata y sólo un 1,2 por ciento gozará de una desgravación en un período entre diez y doce años.

En el área agrícola, los plazos de desgravación son más largos, para dar la oportunidad de ajustarse a las nuevas condiciones. Si bien los aranceles serán eliminados en el tiempo, el TLC tiene cláusulas que protegerán a los productores chilenos de alzas súbitas de importaciones agrícolas desde EE.UU.

Además, el sector obtuvo importantes beneficios: el 80 por ciento de sus exportaciones tendrá arancel cero una vez entrado en vigencia el acuerdo y en un plazo de doce años, el 100 por ciento del comercio agrícola actual y potencial tendrá desgravación total.

Se establecieron, además, buenas perspectivas para el sector vitivinícola, garantizando el acceso en el mediano y largo plazo, además de certificar que ningún otro país gozará de mejores condiciones de acceso.





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