lunes, 12 de noviembre de 2007

Gobierno de Salvador Allende Gossens (1970 – 1973)

La nacionalización y estatización del cobre

El gobierno de la UP propuso dividir la economía en tres áreas: social, donde las empresas de interés clave para el país pasaban a ser del Estado; mixta, en la que el Estado sería el principal accionista, y privada, formada por pequeñas empresas con bajos capitales.


Ante el rechazo que el Parlamento puso para el traspaso de grandes empresas al Estado, el gobierno recurrió a un decreto de 1932, que autorizaba la expropiación de cualquiera industria considerada fundamental para la economía. Este recurso, conocido como resquicio legal, (decreto con fuerza de ley), fue usado a menudo por este gobierno para imponer sus planes ante la oposición parlamentaria.
En 1973, el Estado controlaba cerca del 80 por ciento del parque industrial del país y también muchos bancos fueron apropiados con el objetivo de estatizarlos.

Un aspecto importante de la política económica de este gobierno era tomar el control de la gran minería del cobre, mineral considerado como el “sueldo de Chile”. Sin embargo, antes de hacerlo, estatizó las compañías nacionales del carbón, creando la Empresa Nacional del Carbón (Enacar), en diciembre de 1970. El 11 de julio de 1971, el Congreso aprobó, a través de una reforma constitucional y por unanimidad, la nacionalización de la gran minería del cobre, cuyos grandes yacimientos eran, en su gran mayoría, propiedad de empresas estadounidenses.


Ley Nº 17.450

Ley Nº 17.450, esta enmienda modificó el artículo 10, Nº 10 de la Constitución para expresar que "cuando el interés de la comunidad nacional lo exija, la ley podrá nacionalizar o reservar al Estado el dominio exclusivo de recursos naturales, bienes de producción u otros bienes que declare de importancia preeminente para la vida económica, social o cultural del país". Se agregaba que "el Estado tiene el dominio absoluto, exclusivo, inalienable e imprescriptible de todas las minas, las covaderas, las arenas metalíferas, los salares, los depósitos de carbón e hidrocarburos y demás sustancias fósiles, con excepción de las arcillas superficiales".

Resultados negativos

Durante el primer año de Allende, el plan económico, aplicado por su ministro de Economía, Pedro Vuskovic, arrojó cifras positivas: el producto bruto aumentó en un 8,6 por ciento; la inflación bajó un 12,8 por ciento; la cesantía llegó solo al 3,8 por ciento, y la producción industrial se incrementó en un 12 por ciento. Pero la emisión desmedida de dinero sin el respaldo del Banco Central causó una inflación mayúscula que, en 1972, llegó a un 140 por ciento y, en 1973, alcanzó al uno por ciento diario.
Este panorama causó la aparición del mercado negro, donde se vendían productos básicos, como el arroz y harina, a precios mucho mayores que en el mercado normal, donde se transaban a un precio fijo. Junto con esto, muchas mercancías “desaparecieron” de los almacenes y supermercados. Así, finalmente, los consumidores debieron acostumbrarse a hacer largas filas o “colas” frente a los establecimientos comerciales, para poder obtener algunos productos.

Variables macroeconómicas

La economía chilena vivió un auge sin precedentes en 1971, como resultado de políticas económicas altamente expansivas. Se experimento un mejoramiento generalizado en el nivel de vida de la población, y una sensación de éxito total entre los líderes de la U.P.

Según las variables macroeconómicas tradicionales, el primer año del gobierno de la U.P. alcanzo resultados relativamente espectaculares para la economía chilena: la tasa anual de crecimiento del PGB llego al 8,0%, mucho más alta que el 3,6% del año anterior y la más alta desde 1950; la inflación disminuyo de 36,1% en 1970 a 22,1% en 1971. Es interesante notar que, durante el primer trimestre de 1971 la tasa de aumentos de precios se había reducido a niveles muy bajos respecto de las cifras normales en Chile: la inflación fue de 3,4% como tasa acumulada anual, en comparación con 16,2% en el periodo equivalente de 1970. El desempleo nacional registro una importante caída, de 5,7% en 1970 a 3,8% en 1971; esta ultima cifra era la mas baja registrada en las estadísticas chilenas. Los datos trimestrales de desempleo muestran una reducción de los desocupados de 8,3% en el cuarto trimestre de 1970 a 3,8% en el cuarto trimestre de 1971. Los salarios medios rea­les aumentaron en 22,3%.

A partir del segundo semestre de 1972 el panorama cambió significativamente. La emisión de billetes sin el respaldo del Banco Central, tuvo claros efectos desestabilizadores sobre la inflación reprimida, la escasez y los desequilibrios externos. Los mercados negros se propagaron para la mayor parte de los bienes, y aumento la brecha entre los precios oficiales y los del mercado negro. En el frente externo, la gran apreciación del tipo de cambio condujo al contrabando de exportaciones de todo tipo de bienes transables.

La caída del PGB no fue tan espectacular en términos relativos, respecto del entorno de paralización de la economía. Una explosión inflacionaria (medida por el IPC) registro los niveles mas altos en la larga historia de la inflación chilena: 260,5% (1972) y 605,1% (1973). Sin em­bargo, el IPM indica una cifra de inflación superior a 1.000% para 1973. La tasa nacional de desempleo tuvo un incremen­to moderado. El nivel de inversión bruta total cae -20% en 1972 y vuelve a reducirse en -6% en 1973; el nivel de inversión de 197 es un 26,7% inferior al de 1970.

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